INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Chocaron el “qué” y el “cómo”

En las elecciones de este domingo 1.º de junio no embonaron o chocaron los “qué” de la reforma judicial y los “cómo” hacerlo. Uno de los “qué”, como marco general, era que los juzgadores dejaran de ser elegidos por una cúpula integrada por el presidente de la República en turno y los coordinadores de las fracciones parlamentarias mayoritarias del Senado, para que ahora decidieran con su voto los ciudadanos. Es decir, que los electores pasaran ser testigos de los nombramientos de jueces, magistrados y ministros para convertirse en aprobadores de los relevos. Implicó darles mayor poder a los ciudadanos, vía sus sufragios. El planteamiento, en lo general, implicó un desafío en cuanto a modificar la ideología que avala que las cúpulas políticas tomen decisiones vitales, en este caso los integrantes de un poder del Estado mexicano, el judicial. Significó romper un paradigma político establecido.

Sin embargo, en “cómo” hacer realidad esa visión, Morena, sus aliados y el gobierno federal cometieron irregularidades, errores y abusos. La reforma judicial la sacaron adelante a como diera lugar, sin hacer caso a voces críticas y certeras, con obediencia ciega a lo que se dictara desde Palacio Nacional. En eso se parecen a las prácticas del PRI y el PAN cuando tuvieron la presidencia del país.

Durante las campañas los aspirantes a un cargo y sus círculos cercanos, partidos políticos, cúpulas empresariales, grupos de poder, gobierno federal, organizaciones de abogados y hasta la delincuencia organizada apoyaron a candidatos o candidatas afines para incrustarlos en el aparato de Poder Judicial. E hicieron todo lo que estuvo a su alcance para lograrlo. Millones de pesos se movieron bajo el agua.

Finalmente llegó el 1 de junio. La desinformación, los acarreos, los acordeones repartidos previamente, la ausencia de votantes y la complejidad para marcar las boletas marcaron la jornada. El abstencionismo apabulló. No es para presumirse que no haya votado 86 por ciento del electorado. Que solo alrededor de 13 por ciento del padrón acudiera a las urnas manda un mensaje político contundente de rechazo. No convenció el “cómo” a la mayoría de los ciudadanos. No obstante, lo destacable es que resultó pacífica la elección, y que el INE y los ciudadanos que participaron en las mesas de las casillas hicieron bien su trabajo, a pesar de las limitaciones.

Los resultados preliminares indican que serán ministras y ministros de la Corte personajes afines a Morena, para lo cual operó. Les ganó el mandado a los partidos de oposición que llamaron a no votar.

A futuro, la pregunta es ¿cómo mejorar las elecciones judiciales? El enorme abstencionismo; la participación de candidatos con sospechosos vínculos con grupos delictivos; los numerosos yerros en la selección de candidatos; el uso de la tómbola, como si se tratara de una feria pueblerina; la insuficiente información a los ciudadanos para votar, son parte de un largo etcétera de irregularidades y pésimas decisiones.

La elección del domingo fue para sustituir unos juzgadores por otros, lo cual no garantiza que haya cambios profundos en el Poder Judicial federal. ¿Cuántas veces hemos visto relevos de funcionarios sin que poco o nada cambie en la institución a su cargo? La reforma judicial resultó incompleta y parcial. Tronó el “cómo” aterrizarla para fortalecer la democracia.

X: @SergioRenedDios

jl/I