INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Las trampas de Trump

Todos recordamos que en tiempos de nuestra niñez y adolescencia, en algún momento nos enfrentamos con un abusador, respaldado por su fuerza, tamaño o inseguridad. Nuestra vida sería casi perfecta si no fuera por esos personajes temibles. En la actualidad, Donad Trump encarna esa pesadilla, pero ahora para todo el mundo, especialmente México.

Michael Wolff, quien escribiera el libro Fuego y furia. En las entrañas de la Casa Blanca (el título describe a la perfección su contenido), ahora ha publicado otra obra: Asedio. Trump bajo fuego (Siege: Trump Under Fire). En las primeras páginas dice que Trump es un “presidente volátil e incierto, que descarga a diario su furia insólita sobre el mundo”, a pesar de que estas rabietas, furias absurdas, están siendo enfrentadas con argumentos institucionales cada vez más organizados y metódicos, pero a veces poco efectivos.

El trasfondo de las decisiones de Trump está en sus antecedentes empresariales ya conocidos: aplastar al enemigo hasta hacer lo que él quiere: “Soy el tipo que se sale con la suya”, como le gusta jactarse entre sus conocidos. Las actitudes y medidas tomadas contra México desde que llegó al gobierno tienen un trasfondo, no político ni económico, sino electoral. Sabe que hablar mal de nuestro país y amenazarlo con acciones punitivas le reditúan un buen número de votos entre sus seguidores.

Tanto la migración como el tráfico de drogas y de armas entre ambas naciones son problemas binacionales comunes que deberán ser abordados con acciones y programas que busquen contenerlos en ambos lados de la frontera, pero para ellos es primordial abrir el diálogo y establecer acuerdos y compromisos plausibles. Sin embargo, tuitea que “México está enviando una gran delegación para hablar de la frontera. El problema es que han estado ‘hablando’ durante 25 años. Queremos acción, no hablar”.

La amenaza de que México construiría el muro en la frontera se ha venido diluyendo y ya no lo menciona. Tras desviar dinero del presupuesto del Pentágono destinado para la construcción de instalaciones estratégicas programadas en el presupuesto aprobado por el Congreso estadounidense y destinarlas para el emblemático muro, un juez federal falló en contra del inicio de la construcción de al menos dos proyectos contemplados en ese presupuesto.

Ante la negativa, Trump seguirá atacando a los legisladores demócratas que se oponen a su política migratoria y el gobierno mexicano será blanco de sus ataques por el “débil” manejo del flujo de migrantes y el tráfico de drogas. La amenaza de cobrar 5 por ciento de arancel a los productos mexicanos es una intimidación real, a pesar de las oposiciones en ambos lados de la frontera.

Trump seguirá comportándose como el abusador que es: la pesadilla, no de México, sino del mundo. Ya vimos que, a menos de que México someta sus acciones a las decisiones del mandatario estadounidense, el chantaje persistirá. La delegación de alto nivel difícilmente tendrá éxito a menos que se dé un encuentro entre ambos mandatarios, Trump y López Obrador, porque el primero es quien está poniendo las condiciones y el segundo deberá, diplomáticamente, no ceder.

La convocatoria de AMLO para congregar mañana a todos los poderes y la ciudadanía en Tijuana a un acto de unidad para defender la dignidad de México es a todas luces equivocada. Debe reconocer que ya no es oposición ni candidato ni activista. México debe ser defendido en las altas esferas por un jefe de Estado, con diplomacia, pero con firmeza. Ese acto de unidad suena más a Maduro que a AMLO.

[email protected]

JJ/I