INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Vacunas

La vacunación es uno de los esquemas de prevención más eficientes en el mundo para reducir las enfermedades. Gracias a los avances médicos y científicos, a los estudios de décadas, millones de personas pueden gozar de una mejor calidad y esperanza de vida. 

Aun en este contexto y con una práctica de salud que tiene décadas, cada vez es más común, tal vez sea por la facilidad de acceso a Internet y la difusión de las redes sociales, encontrar un montón de mitos en torno a las vacunas que, incluso, ponen en peligro la vida de, sobre todo, los niños y, por consecuencia, de comunidades enteras. 

Todo esto viene a cuento porque, ahora, con el desarrollo y la llegada de las diferentes vacunas contra el coronavirus se han reavivado estos grupos llamados antivacunas, reacios a entender los hechos científicos, rodeados de las teorías de la conspiración y aderezados con la violencia y el anonimato que llegan a permitir las redes sociales. 

Pero ya antes del coronavirus, estos movimientos tenían bastante fuerza, sobre todo en Europa y Estados Unidos. En algunos momentos llegó a ser tan importante, que los gobiernos nacionales tuvieron que empezar a tomar decisiones sobre lo que los padres debían hacer con sus hijos y la vacunación, con la premisa de que los menores son solo tutelados por sus papás, no de su propiedad, y si éstos últimos toman acciones que los ponen en riesgo (como no vacunarlos), los Estados tienen el derecho de tomar esa tutela y ver por su salud. 

Por ejemplo, en marzo de 2019, medios internacionales daban cuenta de que el gobierno de Italia determinó que los niños menores de 6 años que no hubieran sido vacunados podrían ser rechazados en la guardería o escuela; de paso, se previeron multas de 500 euros para los padres de niños mayores de 6 que enviaran a la escuela a sus hijos sin las vacunas reglamentarias. 

Esto se implementó luego de que ocurriera un aumento de los casos de sarampión, en un país cuya tasa de vacunación rondaba 80 por ciento en niños y se pretendía llegar al 95 por ciento recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

En México, justo en 2020, se registró un brote de sarampión, una enfermedad que se consideraba bajo control gracias al eficaz esquema de vacunación en nuestro país. De acuerdo con los reportes de varios medios, en siete de cada 10 casos reportados, no había vacuna de por medio. La gente, los papás, habían decidido no vacunar a sus hijos. 

Miriam Veras Godoy, directora general del Centro Nacional para Salud de la Infancia y la Adolescencia, le declaró a la revista Forbes apenas en septiembre pasado: “Se bajó la guardia al programa de vacunación, como ya no había casos la gente decía ‘¿para qué nos vacunamos?’. Pero si ya no hay casos es muy importante vacunarnos para generar este escudo de la población susceptible y con ello proteger a los no vacunados”. 

Sin contar la del coronavirus, según información oficial del gobierno federal, 12 son las vacunas que integran el sistema nacional de vacunación mexicano. Todas son gratuitas. Entre éstas, solo como ejemplo, están influenza, rotavirus, hepatitis B y virus del papiloma humano. 

Bastan un par de buenas búsquedas en la web para darnos cuenta de que México tiene uno de los mejores y más completos esquemas de vacunación, sobre todo a raíz de que el Sistema Nacional de Salud implementara desde 2015 las cartillas de vacunación para cada sector de edad y se ampliara la cobertura para varias edades, lo que fue esencial para bajar el número de enfermedades por bacterias o virus. 

Ahora llega al mundo una nueva oleada de vacunas, cada una desarrollada de forma diferente, con distinta tecnología, pero todas con el objetivo de preservar la salud humana y, en alguna medida, garantizar nuestra existencia. 

Tengamos buena información al alcance, seamos conscientes, valoremos los avances de la ciencia. 

Vacunémosnos. 

Twitter: @perlavelasco

jl/I