Las actividades de la jornada sabatina se realizarán de 9 a 14 horas....
Desde la autoridad estatal se llamó a dejar el vehículo y emplear modalidades sostenibles....
...
La Secretaría General de Gobierno la contrató para “aplicar su capacidad y sus conocimientos” en las tareas que se le encomienden, según la inf...
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
Le envía la misiva a Claudia Sheinbaum ...
El Instituto recuerda a las y los trabajadores que todos los trámites son gratuitos....
Los usuarios de OpenAI han comenzado a burlarse en las redes de los fallos y la inexpresividad del último modelo de ChatGPT, GPT-5, el nuevo chatbot ...
El investigador de Causa en Común, Fernando Escobar Ayala, señaló que el sistema de justicia no puede avanzar porque las fiscalías no son autónom...
El boxeador Jesús Iván Mercado Cabrera, conocido en el ring como “Rafaguita”, fue localizado sin vida el pasado lunes 15 de septiembre en la car...
El puertorriqueño tiene 12 nominaciones para estos galardones; Natalia Lafourcade es otra favorita con ocho....
El tenor español Plácido Domingo participó este domingo en la zarzuela ‘Orgullo de Jalisco’, reestrenada en la ciudad de Guadalajara...
Juan Gabriel Vásquez defiende el valor del género literario con Los nombres de Feliza....
Los López amparándose
Porque nos la quitaron
Un elemento muy importante en el desarrollo de las democracias lo constituye el principio de representación. Esta circunstancia implica que los ciudadanos deciden de manera individual en un proceso colectivamente concertado, las elecciones, por quién emitir su voto, y esa decisión es individualmente responsable. El resultado de la elección constituye la conjunción de una serie de voluntades que, de acuerdo con la estructura constitucional del Estado, es el momento de intervención en el modelamiento democrático de la sociedad. El momento posterior es el de la representación, que es el gobierno. De esta forma se evidencia que los valores que la ciudadanía y las instituciones comparten son la participación y la responsabilidad. Sin embargo, ahora surge una variante confusa, la responsabilidad individual como método de enfrentar la pandemia del Covid-19.
La forma en que el Estado se desprende del principio de representación, elemento básico para su establecimiento en la administración pública, es una medida poco menos que desconcertante, porque, ejerciendo la representación y los beneficios del poder de mando correspondiente, en las estrategias de confrontación de la pandemia distribuye la responsabilidad, que es del Estado, en un incierto principio de responsabilidad individual y, de ahí, lo que pase posteriormente con el desarrollo y ampliación del Covid-19 será responsabilidad ciudadana.
Esta tendencia hacia la eliminación de responsabilidad del Estado respecto del coronavirus ya había sido detectada en el diario francés Libération, que el 12 de junio pasado señalaba que “los muertos que cuentan son los que el gobierno cuenta y no los que no cuenta. El espinoso problema de subestimar las muertes del Covid-19 y la falta de pruebas surge, con diversos grados de virulencia, en todos los países. En México, el gobierno se esfuerza tanto para que este tema desaparezca del discurso público, que cae en un punto muerto retórico”. De forma que ahora se pasa a una fórmula agustiniana de responsabilizar a la ciudadanía de una decisión de gobierno que es la reactivación de la economía.
Por su parte, la agencia de noticias France 24 (5/06/2020) señalaba la sorpresiva respuesta de México que, estando en la dimensión de mayor infección, expansión de enfermos y crecimiento desproporcionado de muertes, definiera nuevas posiciones administrativas como: “No mentir, no robar y no traicionar ayuda mucho para no tener coronavirus”. Así lo reportó France 24, que también relató que “el mandatario culpó a la prensa por generar ‘alarma sobredimensionada’ y criticar el manejo gubernamental a la crisis del Covid-19”.
Brent McDonald, del periódico The New York Times (5/06/2020), relata que “(en) un análisis de The New York Times (se) descubrió más tarde que el gobierno mexicano no estaba reportando el número real de víctimas mortales del virus”.
En el periódico Le Monde (15/06/2020) se reporta que “la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que México se había convertido en el séptimo país del mundo en número de nuevos contagios, ocupando el tercer rango de muertes recientes relacionadas con el virus, después de los Estados Unidos y el Brasil. Lo que obliga al viceministro de Salud, Hugo López-Gatell, a revisar sus pronósticos. A principios de mayo, el epidemiólogo y portavoz de la estrategia Covid-19 de AMLO estimó la cifra final de la epidemia entre 6 mil y 8 mil muertos. Un mes después, López-Gatell ahora anticipa 30 mil muertes, mientras que el Instituto de Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington predice entre 43 mil y 51 mil muertes para fin de este verano”.
Internacionalmente, como vemos, se comparte el sentimiento de confusión de las medidas establecidas para que, en el periodo más complejo de expansión de la pandemia, se cambien las estrategias y se lance una reactivación económica con un poderoso pronóstico de crecimiento de enfermos y muertes y, más aún, de la renuncia del Estado para asumir esa responsabilidad y que nos convirtamos, los ciudadanos, en el segmento que haga crecer o no el número de casos por lo que resta del año, porque ahora somos individualmente responsables.
[email protected]
jl/I