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Reanudar actividades en tiempos de emergencia

A poco más de ocho semanas de instalado el aislamiento social obligatorio como factor para contener la expansión de la pandemia Covid-19, seguimos sin señales claras del tránsito hacia una perspectiva de regularización de las actividades económicas y, más complicado aún, de salud. 

El modelo de información que se estableció para comunicar a la ciudadanía que, si bien, en el inicio, además de novedoso por contar con una voz diferente del presidente en la comunicación social, era desconcertante porque nunca quedó claro cuál fue, y ha sido, el papel del secretario de Salud, a no ser firmar documentos; porque el nombramiento lo tiene él, pero en la dinámica de funcionamiento, el subsecretario Hugo López-Gatell, a quien se le denominó y sigue llamando vocero de la emergencia sanitaria, se convirtió en un operador de primera línea. Viendo sus conferencias, genera comunicación, pero también decide sobre la marcha de las conferencias de prensa, temas que involucran diversas áreas diferentes a las de la emergencia sanitaria. 

Así como en el terreno del área sanitaria, no se ha desarrollado una estrategia para abordar el tema de la contención y, posteriormente, de relanzamiento de las actividades en el terreno económico. Hasta el momento, la controversia y la polémica es el único elemento que se conoce en el terreno del abordaje en la materia. 

Un aspecto importante es que la readaptación de los flujos locales e internacionales de inversión y de producción, deben tener una perspectiva clara. En el terreno productivo, ha quedado claro que el ámbito de decisiones de las cadenas de producción no corresponde únicamente a la circunstancia local, nacional. Los compromisos de uno de los temas en los que ha situado una alta estimación discursiva la Presidencia de la República, lo ha sido el tratado de libre comercio con los socios norteamericanos, TMEC que, ya han dejado de manifiesto el arranque de sectores principales y accesorios para la reapertura de la producción comprometida en áreas como la automotriz, la aeronáutica, espacial y militar que va a provocar un arranque de actividades no contempladas en la estrategia de aislamiento social. 

La pérdida de empleos contempla una cantidad de 700 mil, siguiendo el documento presentado por los gestores del Ejecutivo, del plan de atención nacional para personas que han perdido o perderán el empleo, en la Cámara de Diputados de la semana pasada representan el piso para establecer las estimaciones de relanzamiento de una economía que, no hay que olvidar, el año pasado quedó en números negativos. 

Los programas sociales del gobierno de la República son muy importantes y requieren una atención puntual y bien dirigida hacia la población. Sin embargo, escenarios que enturbian el espíritu de las políticas se mezclan con acciones a las que, por ejemplo, generan que el Instituto Nacional Electoral (INE) considere ilegal la entrega de cartas firmadas por el presidente a los beneficiarios de créditos propuestos por el gobierno, por implicar un uso ventajoso de recursos públicos para propaganda de la imagen presidencial. 

Si bien por una parte no hay claridad de la estrategia de contención de la crisis, por otra, la intención de solamente operar clientelas electorales tampoco deja en claro si hay una estrategia para la reanudación de las operaciones. 

El ciclo económico implica no solamente los programes sociales, sino integralmente, con el tema sanitario incluido, la perspectiva del sostenimiento de la economía en su conjunto. Impulsar el desarrollo de las cadenas de producción y consumo genera valores de recaudación fiscales necesarias para enfrentar un ciclo de economía planetaria de crisis que requiere economías sólidas para su acometida. Los ahorros tienen un límite que se enfrenta a la necesidad de recaudación y ésta se orienta en las cadenas de producción. 

 

jl/I