...
A Hugo Alberto N se le señala por el ataque registrado en Las Pomas, en Tlaquepaque, que también dejó dos lesionadas en estado grave....
La dependencia recalcó que las víctimas habrían sido asesinadas en la entidad vecina....
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
Le envía la misiva a Claudia Sheinbaum ...
El Instituto recuerda a las y los trabajadores que todos los trámites son gratuitos....
Los usuarios de OpenAI han comenzado a burlarse en las redes de los fallos y la inexpresividad del último modelo de ChatGPT, GPT-5, el nuevo chatbot ...
A inicios de septiembre Donald Trump ordenó el primer ataque contra una embarcación que supuestamente estaba vinculada con ‘El Tren de Aragua’...
El Real Madrid debutó en la Champions League con una remontada en el Santiago Bernabéu que selló su victoria número 200 en el actual formato del t...
Guadalajara logró un triunfo clave en el Clásico Nacional al derrotar 1-2 al América en el Estadio Ciudad de los Deportes...
El actor y director estadounidense Robert Redford, ícono de Hollywood y referente del cine independiente, falleció la madrugada de este martes 16 de...
"The Studio" de Apple TV+ rompe récord de Emmys con 13 premios, incluyendo Mejor Comedia. "Adolescence" barre en miniserie y "The Pitt" gana Mejor Dr...
Estaba en el intento de dos amigos fresas de hacer un evento sobre carreras de autos deportivos. ...
A lo largo de su historia se ha distinguido por su calidad interpretativa, su estilo único y una discografía de más de 100 álbumes....
Un México violento
Porque nos la quitaron
El surgimiento de movimientos, líderes y partidos populistas en el mundo no es casual: los partidos tradicionales y las élites políticas cada vez más alejadas de las demandas ciudadanas ha sido el mejor carburante para su surgimiento y diseminación. De hecho, algunos autores han denominado a esta asonada como una “patología normal” (Mudde) de las democracias occidentales. Entre los nuevos partidos populistas destacan el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), el Frente Nacional Francés (FN) o la Lista Holandesa Pim Fortuyn (LPF), Fidesz-Unión Cívica Húngara, Unión Nacional Ataque (Ataka) de Bulgaria, entre otros, principalmente europeos y generalmente de derecha.
En América Latina surgieron movimientos de corte populista, tanto de izquierda como de derecha, encabezados por líderes como el de Álvaro Uribe Vélez (Colombia), Jair Bolsonaro (Brasil), Mauricio Macri (Argentina), Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Fernández (Argentina) y Evo Morales (Bolivia), cada uno con características muy particulares, pero todos ellos populistas. El caso del otrora sandinista Daniel Ortega (Nicaragua) merece un análisis aparte, dada su tendencia a convertir su país en una “dictadura familiar”.
La mayoría de los estudiosos coinciden en que el populismo representa una amenaza real tanto a las nuevas democracias como a las ya consolidadas. Los orígenes de estos movimientos son variados: el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (Idea) anota propulsores económicos y políticos, entre los que destacan la crisis de representación de los partidos tradicionales y dominantes; la fragmentación y polarización de la esfera pública y de la política, reforzada por las redes sociales; mayor movilización política, protestas y activismo de la sociedad civil, entre otros.
Los peligros del populismo para la democracia pueden concentrar al menos tres amenazas: una, el populismo socava las instituciones democráticas formales (tribunales, parlamentos, organismos reguladores) por haber sido creadas por la “élite corrupta”; se rebelan contra ellas y las atacan sistemáticamente; dos, las personas y los opositores son redefinidas y clasificadas para ser estigmatizadas y categorizarlas como enemigos del pueblo (“O conmigo o contra mí”), para configurar un discurso polarizador; tres, desde el poder se erosionan las reglas democráticas informales; se ataca a los medios que los critican y se intenta debilitar su legitimidad.
En ese escenario, ¿cómo se puede combatir el populismo?, ¿es posible limitarlo? De acuerdo con una publicación de la Universidad de Stanford (Populismos globales y sus desafíos) es posible enfrentarlo a partir de tres estrategias: primero, los principales partidos políticos de oposición deberían usar un discurso político para movilizar a simpatizantes para defender las instituciones democráticas en peligro; exigir al poder gubernamental se abstenga de inmiscuirse en los procesos electorales; y demandar el cumplimiento del estado de derecho y combatir la impunidad; dos, comprometerse en nuevas políticas de coalición para garantizar las demandas de los electores y excluir elementos antidemocráticos; y tres, reforzar las instituciones electorales para mejorar la rendición de cuentas y la transparencia de gastos de campañas electorales.
Con los resultados de la reciente elección la coalición electoral opositora logró evitar la mayoría absoluta de Morena en la Cámara de Diputados, así se cumple al menos el punto dos. Ahora deberá persistir como coalición legislativa para limitar los embates del Ejecutivo y así encontrar los límites del populismo.
[email protected]
jl/I