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Quinto Patio

Ya está todo listo, preparado y cocinado para lo que anunciaron como la marcha más grande de la historia, ya que esperan, al menos, 70 mil personas. La UdeG mostrará sus bíceps en el Centro de Guadalajara. Aunque, como era de esperarse, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez no estará para abrir un posible diálogo. Coincidentemente le salió un viajecito a la Sierra Occidental de Jalisco y, pues, es mejor ir a recibir un poco de aire limpio, que recibir exigencias universitarias, ¿a poco no?

Aunque, como es el gobernador, todos pensaríamos que habría preferido ir a "supervisar una obra" a Vallarta, bien a gusto en la playa, mientras en la ciudad le reclaman. Pero no descartemos esto, pues andará por ahí cerca, tal vez y vaya. Por cierto, tanto el gobierno de Jalisco como el Congreso del Estado y el gobierno de Guadalajara se saturaron de actividades a la hora de la marcha, y ahora resultaron muy trabajadores. Los diputados, hasta tres sesiones tendrán, ¡quien los viera!

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Luego del ¿espaldarazo?, ¿sumisión?, ¿dependencia?, al presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y presidente del Poder Judicial, Daniel Espinosa Licón, le llovió en su milpita tras firmar a nombre precisamente de ese poder el desplegado contra la UdeG y el grupo político que la controla, al lado del gobernador Enrique Alfaro, por el Ejecutivo, y el diputado ¿morenista o panista?, José María Martínez, por el Legislativo. En sesión del pleno, hubo magistrados que apoyaron esa decisión, sin consultar a todos.

Peeeeero hubo magistrados y magistradas que se lo echaron en cara, con fino tacto. Por ejemplo, la magistrada Lucía Padilla Hernández, quien habló de su preocupación por las consecuencias en cuanto a la independencia y la imparcialidad, que podría generar una gran crisis en el Judicial; que no se votó dicha acción, y que Espinosa Licón lo hizo “con un exceso de sus facultades”; que reconozca que firmó a título personal y no como representante del Judicial… Uf… y más cosas… Recontrauf…

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Al gobernador Enrique Alfaro Ramírez ya de plano le vale incluir a las familias en el asunto de las personas desaparecidas y las fallecidas sin identificar. El martes no estuvieron invitadas para la presentación de la nueva ¿estrategia? de búsqueda, y ayer las excluyeron en el panteón tonalteca de Coyula en la exhumación de cuerpos.

Y sin empacho dice que las familias no tienen nada que hacer ahí porque son acciones gubernamentales. Pues claro, las familias le reclaman que sus estrategias nomás no sirven y que los datos que da solo él se los cree, y al gobernador eso de la confrontación con las mamás como que no le gusta, y ya mejor, de plano, se evita la fatiga.

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El reporte de pobreza laboral no detalla las causas, pero se ve clarito cómo se disparó con el inicio de la pandemia a niveles que no se habían visto en cinco años en Jalisco. Pobreza laboral es la situación de a quienes no les alcanza para comprar una canasta alimentaria con los ingresos que obtienen de su trabajo y en esa situación estaba una de cada cuatro personas, casi 25 por ciento de los jaliscienses.

No está tan peor como el promedio nacional, que casi llega a dos de cada cinco personas, casi casi rozando el 40 por ciento, pero podríamos estar mejor. Hay algunos estados donde, de a tiro, están en pobreza alimentaria la mayor parte de la población, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, que rebasan 60 por ciento. El ingreso laboral per cápita en Jalisco no llega ni a 4 mil pesos y con todo tan caro, ¿para qué alcanza eso? Ya al ceviche de pescado, por ejemplo, no le colocamos ni una escuálida rebanada de aguacate, por lo caro. Y eso que Jalisco es cada vez más aguacatero.

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jl/I