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Crecimiento sostenible

El lunes 19 de junio el Inegi presentó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de mayo. Según las estimaciones, la actividad económica del país, entre de mayo de 2022 y 2023, habría crecido 2.5 por ciento. Este crecimiento habría sido impulsado por los sectores industrial y de servicios, cuyas tasas de crecimiento, respectivamente, fueron de 1.4 y 2.9 por ciento.

El crecimiento de la actividad económica sugiere que hay una reversión del proceso de desaceleración que había estado experimentando la economía desde 2021. Esta reversión probablemente se manifestará en una mejora en los indicadores de ocupación y empleo. La industria y los servicios proveen trabajo, respectivamente, a 25 y 63 por ciento de la población ocupada del país.

¿Por qué ha crecido la economía mexicana? En mi opinión, desde el segundo semestre de 2022, la debilidad del dólar estadounidense, los elevados diferenciales entre las tasas de interés internacionales y nacionales, y la alta inflación doméstica han impulsado las importaciones, la reinversión extranjera, la demanda agregada y el crecimiento económico.

Hay una correlación alta y significativa entre la producción nacional con el comercio internacional. Particularmente, las importaciones están más correlacionadas con la producción (0.9874) que las exportaciones con la producción (0.9853). Además, la participación del comercio internacional, i. e. la suma de importaciones y exportaciones, supera el 78 por ciento del PIB nacional.

Un factor adicional que contribuirá a mantener el crecimiento en el corto plazo será el gasto público. El gasto público suele crecer en la recta final de los sexenios para ayudar a los partidos políticos a mantenerse en el poder. En el próximo año, los incrementos en el gasto público y el clientelismo político podrían reflejarse en desequilibrios y déficits fiscales.

¿Es sostenible el crecimiento de la economía mexicana? Mi impresión es que el crecimiento no será sostenible porque el mismo está impulsado por la demanda agregada. La depreciación del dólar ha impulsado las importaciones y frenado las exportaciones. El gasto público, por su parte, podrá impulsar el consumo, mas no necesariamente la inversión productiva.

Desafortunadamente, el proceso de reactivación de la economía mexicana no parece sustentable en el mediano plazo. Además, la historia del país muestra que los periodos de crecimiento económico impulsados por la demanda y por los excesivos gastos públicos han sido de corta duración y han terminado en severos problemas económicos y financieros.

En mi opinión, hoy se requieren políticas orientadas a promover la oferta agregada para evitar potenciales problemas comerciales y fiscales en la economía. Así, se podría incrementar la productividad, la inversión y la formación de capital humano en el país. Asimismo, se requiere mejorar las relaciones económicas internacionales del país. Solo así habrá un crecimiento económico sostenible en el largo plazo.

jl/I