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Pronósticos 2025

La semana pasada se publicó la Encuesta Citi de Expectativas, que recopila los pronósticos de 34 instituciones sobre el desempeño esperado de la economía mexicana para los cierres de 2024 y 2025. Esta encuesta surge tras la desaparición de CitiBanamex y su separación en dos entidades: Citi Banco México y Banco Nacional de México.

¿Qué pronósticos hacen las instituciones sobre el crecimiento económico? Se espera una nueva desaceleración de la tasa de crecimiento del PIB nacional en 2025. La tasa de crecimiento disminuirá de 1.5 a 1.2 por ciento. Así, por cuarto año consecutivo habrá una desaceleración económica en el país. Nuevamente, por tanto, habrá afectaciones en la actividad económica, el empleo y la producción.

¿Qué pronósticos hay sobre la inflación? La inflación general podría descender de 4.37 a 3.88 por ciento. Esto acercaría al Banco de México a cumplir su meta en 2025. Sin embargo, los precios de los bienes y servicios aumentarán de manera desigual. Particularmente, los alimentos no procesados y los energéticos subirán más que otros productos.

La inflación subyacente, que no incluye alimentos ni energéticos, disminuirá de 3.61 a 3.68 por ciento. Esta situación evidencia que las familias de menores ingresos serán las que enfrentarán mayores pérdidas de poder adquisitivo en 2025. Así, los pronósticos sugieren que podrían agudizarse las diferencias en la distribución del ingreso.

¿Qué pronósticos hay sobre el tipo de cambio? Se estima que el dólar subirá de 20.24 a 20.66 pesos. El peso, por tanto, seguirá depreciándose en 2025. Esto afectará a empresas y consumidores que dependen de insumos extranjeros. Las exportaciones, sin embargo, podrían beneficiarse de un peso más débil. Además, podría haber mayor volatilidad en los mercados cambiarios.

Los pronósticos reflejan que hay perspectivas sombrías para la economía mexicana en 2025. Sin embargo, los pronósticos también evidencian que se necesitan cambios estructurales en las políticas vigentes para evitar el estancamiento económico. Sin embargo, las posibilidades de implementar estas medidas son bajas.

Hoy hay barreras importantes para restringen la realización de cambios en la política económica. La curva de aprendizaje de la nueva administración es uno de ellos. La falta de contrapesos institucionales facilita decisiones populistas y no racionales. Además, los intereses políticos partidistas también limitan la capacidad de hacer cambios.

El desempeño económico de Jalisco no estará exento de problemas. Sin embargo, mis estimaciones sugieren que los indicadores estatales tendrán un mejor desempeño que los indicadores nacionales. La diversificación de su estructura económica y de la ocupación de su población podrían amortiguar algunos de los efectos más negativos de la desaceleración económica del país.

En mi opinión, los pronósticos evidencian que 2025 será un año difícil y complejo. Sin embargo, hoy es prioritario tomar medidas que mitiguen los efectos negativos de la desaceleración. Particularmente, debieran promoverse el empleo formal y la inversión. También sería necesario identificar y apoyar sectores estratégicos con alto potencial de crecimiento.

Finalmente, debo señalar que todavía es posible que México y Jalisco mejoren su desempeño económico con acciones urgentes y decisiones acertadas. Pese a todo, hay oportunidades para transformar el futuro inmediato. Sin duda, el camino no será fácil, pero será mejor que no hacer nada. Una desaceleración muy prolongada podría conducirnos a una nueva crisis económica y social.

PD. Aprovecho para desearles felices fiestas y una muy feliz Navidad a las lectoras y lectores de NTR. Si bien resulta difícil ser optimista, les deseo lo mejor para 2025.

*Economista e investigador de la UdeG

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jl/I