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Johan Galtung y los estudios de paz

En memoria

 

El sociólogo y matemático noruego Johan Galtung falleció en este mes de febrero a la edad de 93 años; para las personas interesadas en los estudios sobre paz, violencia y conflicto es un referente imprescindible. La obra de Galtung representó en su momento casi la mitad de los estudios existentes en las ciencias sociales sobre temas de paz.

Sobre la violencia, los aportes de Galtung han permitido observar que más allá de la violencia evidente (golpes, insultos) existen otras formas de agresión que a veces son difusas o complejas de percibir; su explicación sobre el “triángulo de la violencia” es una de las maneras de comprender las dimensiones que se conjuntan en las diversas violencias y su interrelación: situando con esa figura geométrica tres ejes o tipos de violencias estaría en la punta de la pirámide la violencia directa que sería la visible y debajo de ella subyacen la violencia estructural, asociada con la ausencia de la satisfacción de necesidades básicas para ciertos grupos de población, y la violencia cultural, que legitima y valida tanto la violencia estructural como la directa.

En su categorización de las violencias, la directa es la que resulta más clara para todas las personas, es la que se observa en las agresiones hacia los seres humanos –asesinato, mutilación, guerra–. Ahí mismo se entrelazan esas formas de violencia que no son tan visibles; Galtung señaló como ejemplo la vulneración de necesidades básicas provocadas por asedios o bloqueos que pueden provocar en las víctimas también la muerte por desnutrición o falta de atención médica. Esta forma de violencia es menos visible, pero amenaza la supervivencia de las personas.

Las tesis de Galtung nos ayudan a comprender que violencia también es la privación de derechos humanos fundamentales y la disminución de la satisfacción de necesidades básicas; que existe otra forma de violencia que puede ser utilizada para legitimar la violencia en sus formas de violencia directa o estructural y que es llamada “violencia cultural”. En ese sentido, el autor señala que la violencia simbólica “no mata ni mutila” como la violencia directa y tampoco usa la explotación de las personas como la violencia incorporada en una estructura, pero se utiliza para legitimarlas. La violencia cultural lleva a validar socialmente las agresiones y justificar el orden económico desigual que acumula riqueza para una minoría en detrimento amplias mayorías.

En sus estudios sobre paz, señala que no es suficiente con una paz negativa (ausencia de guerra), sino que se requiere construir una paz positiva como un proceso orientado a la satisfacción de todas las necesidades básicas de las personas, asociada a ideas de la justicia social y la construcción de un bienestar colectivo.

Galtung decía que “llamar paz a una situación en la que impera la pobreza, la represión y la alienación es una parodia”; no basta la ausencia de la guerra o del conflicto armado para avanzar en la construcción de paz, es necesario cambiar las estructuras económicas y de poder que sostienen las desigualdades y que impiden a la mayoría acceder al bienestar; así mismo se debe trabajar desde una educación para la paz para la solución de conflictos y desarraigar la violencia cultural que nos lleva a normalizar la violencia directa como una fatalidad y a asumir que no se puede evitar.

Los estudios de paz iniciados por Galtung se han enriquecido con base en su legado. Hoy se habla de construir una paz transformadora que nos comprometa a un accionar comunitario para implementar modelos de vida que faciliten el desarrollo integral de las potencialidades humanas con cuidado del medio ambiente y respeto a la diversidad.

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