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Qué tierno
Y el sarampión avanza
Kerst será recordado durante mucho tiempo por su desarrollo del betatrón, pero también hizo contribuciones muy importantes al diseño general de aceleradores de partículas, física nuclear, física médica y física del plasma
Andrew M. Sessler y Keith R. Symon, ‘Donald William Kerst 1911-1993 a Biographical Memoir by’, National Academies Press Washington, DC (1997), p. 235
Como estudiante de bachillerato en la ahora Benemérita y Centenaria Escuela Preparatoria de Jalisco recuerdo con aprecio las visitas al Laboratorio de Física (LF) donde de primera mano observé y en algunas ocasiones manipulé peculiares equipos bajo la dirección de mis profesores de la materia –fuimos afortunados al tener tres cursos de Física con laboratorio incluido– y la guía siempre atenta del jefe del LF, el ingeniero civil Víctor Yamaguchi Izdumi (ver El Diario NTR, El Pegaso de Sigüenza, 13 de julio de 2020, p. 7B), una de tales prácticas fue con tubos de Crookes de diversos diseños, en los que constatamos de los efectos de los llamados rayos catódicos, producidos al interior de los tubos al vacío al establecer entre las terminales de los mismos una gran diferencia de potencial eléctrico, o diríamos en términos más populares un alto voltaje; en uno de tales tubos el hacecillo de tenue coloración verdosa impactaba un molinete de vidrio haciéndolo desplazarse, ya sabíamos que el haz estaba compuesto por electrones desplazándose entre las terminales, luego vino la pregunta precisa del ingeniero Yamaguchi: ¿qué propiedad de los electrones podíamos deducir de lo que habíamos observado al interior del tubo? Él nos dio la respuesta, que los electrones tienen masa.
Un equipo mucho más sofisticado para experimentar con electrones fue construido por Donald William Kerst, quien nació el 1 de noviembre de 1911 en Galena, Illinois y se formó como físico en la University of Wisconsin-Madison donde obtuvo el bachillerato en artes en 1934 y el doctorado de filosofía (PhD) en Física en 1937 con la tesis titulada The Development of Electrostatic Generators in Air Pressure and Applications to Excitation Functions of Nuclear Reactions, antecedente del equipo que diseñó ya graduado y trabajando en el Departamento de Física de la University of Illinois (UI) at Urbana-Champaign desde 1938, el nuevo acelerador denominado betatrón en el cual se podía generar un haz de electrones de hasta 2.3 mega electrón-voltios (MeV) fue operacional el 15 de julio de 1940.
Relatan los doctores Sessler y Symon en su necrológica publicada por la National Academy of Sciences de USA sobre los desarrollos por parte de Kerst de aceleradores de mayor potencia pues llegó hasta los 300 MeV con el betatrón construido para la UI, también acotan: “Este fue el primer acelerador nuevo que se construyó sobre la base de un cuidadoso análisis científico y un completo diseño de ingeniería” (Op. Cit. p. 236). Kerst quien también participó en el Proyecto Manhattan falleció por un tumor cerebral el 19 de agosto de 1993.
Twitter: @durrutydealba
jl/I