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Cultura de paz y transformación social

La Universidad de Guadalajara aprobó en sesión del Consejo General Universitario su política institucional de cultura de paz. En la exposición de motivos del dictamen se indica que el objetivo central será desarrollar una cultura de paz fundada en los valores del respeto, la libertad, justicia, solidaridad, derechos humanos e igualdad entre hombres y mujeres, mediante acciones enfocadas a incrementar el número de programas educativos que incorporen de manera transversal temas de cultura de paz, democracia, derechos humanos, ciudadanía global, desarrollo sostenible e interculturalidad; fortalecer la investigación en cultura de paz, derechos humanos, educación para la paz, prevención de la violencia e igualdad y consolidar en la Universidad de Guadalajara la protección de los derechos universitarios de quienes la integran.

La educación se ha considerado como una herramienta clave en la transformación social, en 1994 los ministros de educación participantes en la Conferencia Internacional de Educación celebrada en París expresaron en su declaración final que era urgente elaborar un plan de acción para formar personas que hicieran suyo el fomento de la paz, los derechos humanos y la democracia, ante las crecientes manifestaciones de violencia, discriminación, xenofobia, violaciones de derechos humanos, intolerancia religiosa y profundización de la desigualdad.

La Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de Naciones Unidas (1999) estableció que la educación a todos los niveles debía considerarse uno de los medios fundamentales para edificar una cultura de paz. Por su parte la Declaración de Incheon (2015) denominada Hacia 2030: una nueva visión de la educación, derivada del Foro Mundial de Educación, consideró que la educación debía ser un medio para transformar vidas y que era necesario desarrollar una visión de la educación inspirada en el humanismo y desarrollo social, con fundamento en los derechos humanos, dignidad, justicia social, inclusión, y la diversidad cultural, lingüística y étnica. También se señaló que era imprescindible considerar a la educación como bien público y base para garantizar la realización de otros derechos y que la educación es esencial para lograr la paz.

Sobre los principios que deben orientar la educación en México, los cambios más recientes fueron en mayo de 2019. Los nuevos fundamentos se adicionan a los principios ya contenidos como fomentar la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y la justicia y establecen conceptos como cultura de paz, perspectiva de género, equidad, inclusión e interculturalidad.

De manera expresa se indica que el criterio que orientará a la educación en México “contribuirá́ a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la naturaleza, la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de las familias, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos”.

El compromiso que ha establecido la Universidad de Guadalajara implica también asumir la tarea de formar profesionistas que sean capaces de incidir en construir una sociedad equitativa, incluyente y dialogante mediante una formación educativa que enfatice la cultura de paz, la perspectiva de género y los derechos humanos como saberes transversales.

Los maestros y maestras pueden ser actores clave para contribuir en dichos procesos de trasformación social, que permitan desarrollar formas de convivencia comunitarias sustentadas en la paz con justicia social.

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