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395 años de Cassini 

“Gian Dominico (sic) Cassini (1625-1721), el primero de una gran familia de astrónomos, nos cuenta que el trabajo de Pico estuvo a punto de enemistarlo con la astrología y la astronomía” 

 John North, Historia Fontana de la Astronomía y la Cosmología, FCE, México (2001), p. 210 

 

Laboriosa y llena de vicisitudes ha sido la trayectoria del género humano para desprenderse de las falsas nociones y construir una correcta descripción de la naturaleza; el humanismo renacentista, aunque reacio al cultivo de la ciencias naturales a decir del doctor John North, fue el contexto en el que surgieron “semillas de la revolución científica que iba a venir” (Op. Cit. p. 209), y la obra referida en el epígrafe no es otra que Disputationes adversus astrologiam divinatricem. Libri I-V de Giovanni Pico della Mirandola (1463–1494), y Giovanni Domenico Cassini, también  conocido como Jean-Dominique pues desarrolló una parte de su actividad profesional en la Francia borbónica, no obstante iniciar su interés por los cielos desde la astrología, según comenta su biógrafo Richard Baum (BEA, Springer (2014, p. 378) descollaría como astrónomo observacional. 

El primero de la dinastía Cassini inició su trabajo bajo los auspicios del Marqués Cornelio Malvasia (1603-1664), senador de Bolonia quien requería efemérides astronómicas para propósitos astrológicos, en el observatorio de Panzano, cercano a Bolonia, conoció y estudió bajo la guía del astrónomo Giovanni Battista Riccioli (1598-1671) y también del físico Francesco Grimaldi(1618-1663). En 1650 el Senado de Bolonia promueve a Cassini como profesor de Astronomía en la universidad.  

Para 1664 se hizo de un telescopio de gran longitud focal con lentes de gran calidad elaborados por Guiseppe Campani y Eustachi Divini, con tales instrumentos y según relata el doctor North: “Al cabo de algunas semanas de haberlos adquirido, cuando estaba observando las sombras de los satélites II y III sobre el disco de Júpiter notó una mancha que no había sido registrada” (Op. Cit. p. 262), quien nació en Perinaldo, Liguria un 8 de junio había descubierto la gran mancha roja del gigante joviano.  

Desde 1669 trabajó en París, cuyo observatorio dirigió. 

Twitter: @durrutydealba

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