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La inflación nuestra de cada día

Al sexto mes de 2023, la situación inflacionaria parece haberse detenido relativamente. Considerando la elevación de precios de mayo de 2022 a mayo de 2023, la inflación al consumidor de los últimos 12 meses ha sido de 5.8 por ciento.

Para el economista Ignacio Román Morales, el problema de la inflación no es sólo el aumento de precios: “Si absolutamente todo aumentara exactamente en la misma proporción, el problema sería sólo contable. Pues los ingresos de todos nosotros aumentarían en la misma proporción que todo lo demás”.

Y explica que la inflación implica un aumento irregular de precios, lo que significa que unos precios suben más que otros. Si los ingresos de la población crecen menos que los precios de las mercancías, hay una pérdida de poder adquisitivo y ahí está el gran problema, pues genera pobreza de inmediato.

El incremento en los precios de los bienes y de servicios en el país ha afectado más a los hogares con menores niveles de ingresos. Para las familias que perciben 6 mil 210 pesos al mes, que es el promedio del salario mínimo mensual, el incremento en el precio de su canasta de consumo es, según el Imco, de 8.74 por ciento anual, lo que significa que millones de mexicanos viven al día, y la experiencia cotidiana de las amas de casa no coincide con los índices del Banco de México ni el Índice de Precios al Consumidor.

Las personas con menores recursos dedican una mayor proporción del gasto al consumo de productos básicos, que son los que muestran mayores incrementos en precios, mientras que estas personas gastan mucho menos en cuidados de la salud o en educación.

Las clases medias han pretendido distribuir 50 por ciento para los gastos más básicos, 20 para ahorros y 30 por ciento para gastos personales. Una regla que los financieros aconsejan para que se haga un hábito frecuente entre los mexicanos, que los milenial empiezan a practicar.

En el libro Jalisco a medio camino 2018-2022, Carolina Toro Morales, en su artículo Pobreza a la luz de la tendencia global expone que “si un jalisciense usa transporte público, pero este no lo lleva directamente a sus destinos, debe resolverlo con servicios privados como taxis, mototaxis o autos de plataforma; si el agua que recibe en su casa no es de calidad para beber, debe invertir al menos el equivalente de lo que paga por el servicio en agua embotellada; si los servicios públicos escolares no enseñan lengua extranjera o son deficientes en la transmisión de conocimientos sobre matemáticas o lengua, debe pagar a maestros privados o academias; si surge una enfermedad grave, será indispensable acudir a la medicina privada. Son situaciones que agravan la situación económica de las familias e inciden en sus precarios ingresos”.

Para la clase media alta, la incertidumbre derivada de las guerras, la deuda pública de los Estados Unidos, los desastres ambientales y el próximo periodo electoral, no permiten asegurar estabilidad alguna en los precios”.

Por otra parte, México depende ferozmente de lo que importa de todo el mundo y especialmente de los Estados Unidos, incluyendo desde el maíz para las tortillas hasta la gasolina para los motores.

Para Román Morales, “estamos en una situación volátil. Máxime con altas tasas de interés bancarias, que agravan la situación de la población que está endeudada y que les frena la posibilidad de contraer deudas para nuevas inversiones a las micros y pequeñas empresas”.

Para documentar nuestro optimismo, los tips financieros que recetan los economistas son los siguientes: sé más estratégico con tu presupuesto, usa tu tarjeta de crédito con prudencia, reduce pagos innecesarios, adelanta compras esenciales, cuida cómo usas los servicios básicos y habla con la familia para unir fuerzas.

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