INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Albazo y ‘fast track’ legislativos

Ante el inminente término del segundo período de sesiones del Congreso de la Unión, la Cámara de Diputados trabajó a marchas forzadas para aprobar varias reformas legales, sin pasar por las comisiones respectivas y sin lectura previa, por los legisladores de la bancada de Morena (junto con el PVEM y el PT), aprovechado su mayoría absoluta.

El régimen de la 4T ha tenido varias pifias: las más dolorosas y criminales han sido el manejo de la pandemia del coronavirus (más de 700 mil muertos) y la desaparición del Seguro Popular (con el único argumento de que ni era seguro ni popular)

Ahora pasarán al Senado, y aunque el líder de Morena en esa cámara, Ricardo Monreal, declaró que tomarán su tiempo para evaluarlas, lo más seguro es que serán aprobadas vía fast track, dado el poco tiempo disponible para hacerlo y no querrán contrariar al inquilino de Palacio Nacional. Casi todas las iniciativas aprobadas en la maratónica sesión son controversiales, pero destacan al menos tres: la ley de ciencia, la extinción del Insabi y las que acentúan la militarización del país.

La iniciativa para decretar la ley general en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación pretende renombrar al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) como Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (recordemos que ya desaparecieron varios fideicomisos de apoyo a centros de investigación). La ley es considerada por científicos nacionales como una ley “autoritaria”; se acusa que este nuevo ordenamiento favorece la verticalidad (más que la horizontalidad) e inhibe la gestión colegiada en la toma de decisiones y las centraliza. Como siempre, a pesar de los foros y el llamado “parlamento abierto” de nada sirvieron pues la instrucción de “no cambiar ni un coma” se sigue a pie juntillas.

El régimen de la 4T ha tenido varias pifias: las más dolorosas y criminales han sido el manejo de la pandemia del coronavirus (más de 700 mil muertos) y la desaparición del Seguro Popular (con el único argumento de que ni era seguro ni popular). Fue sustituido por el Instituto del Bienestar (Insabi) y desde su concepción fue duramente criticado, en especial por ex secretarios de Salud (Chertorivski, Córdova, Soberón y Frenk). Y así, después del desabasto de medicinas (más de 50 millones de recetas no surtidas) y muertes por falta de atención a niños con cáncer lo cancelaron y pasará al IMSS-Bienestar: ¿no tiene ya el IMSS suficiente trabajo como para darle más? ¿Será posible “desenterrar” el Seguro Popular; poner al frente del mismo a un experto del sector salud y no a un antropólogo, ingeniero agrónomo o ex escolta presidencial? Claro que no ocurrirá. No sólo será difícil, primero que se acepte el error y, segundo, que resurja un programa cancelado.

Por último, la iniciativa para reformar la Ley Federal de Derechos y de la Ley General de Turismo establecen que se deberá destinar 80 por ciento de la recaudación del derechos de turistas (“Visitante sin permiso para realizar actividades remuneradas”) para “servicios aeroportuarios, aeronáuticos, ferroviarios”, todos ellos a cargo de los militares. También se modifica la ley para dar al Ejército mayor control sobre el espacio aéreo mexicano.

La oposición en el Senado condicionó la aprobación de las reformas constitucionales recibidas (en especial la Ley Minera) a que se nombren a los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).

Se ve muy difícil que todo esto ocurra por la premura del tiempo (el domingo termina el período de sesiones). Muchas lecciones se pueden aprender de lo que ha ocurrido y ocurrirá en el Congreso. Pretender instaurar las nuevas leyes de Reforma en estos tiempos y con este régimen es no recordar que la historia, cuando se repite, lo hace como caricatura.

@ismaelortizbarb

GR/I