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La deuda de Alfaro

Los números son fríos. Al gobernador Enrique Alfaro Ramírez puede molestarle que se muestren los datos de la deuda que se ha contratado durante su gestión, pero no puede negar que los dos mega créditos que le fueron autorizados y que suman 11 mil 450 millones de pesos, incrementaron los pasivos de la entidad. Con esto, la deuda pública de Jalisco creció casi 70 por ciento.

Es cierto el señalamiento del gobernador de que la deuda per cápita del estado es inferior a la nacional. Pero también lo es que si ese mismo indicador se usa para medir cómo recibió el estado y cómo lo va a entregar, los datos son contundentes: en 2019 la deuda per cápita de Jalisco era de 2 mil 373.2 pesos, mientras que actualmente es de 3 mil 512.9 millones.

¿Los niveles de endeudamiento a los que Enrique Alfaro Ramírez llevó a Jalisco meten en problemas a Jalisco? Desde el punto de vista de la regulación sobre endeudamiento, no. La legislación que establece cuánto puede adquirirse de deuda se basa en los pagos que cada año se deben realizar, es decir, los abonos anuales, y no en el monto total que se debe. Por eso las renegociaciones también son determinantes para que los políticos salgan bien librados al contratar créditos.

En el paquete económico que envió el gobernador Enrique Alfaro al Congreso del Estado se incluyó por primera vez un documento que sin duda llama la atención, denominado Techo de financiamiento Neto del Estado de Jalisco para el ejercicio fiscal 2024, fechado el 10 de octubre de 2023.

Después de una explicación de lo que marcan la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios y la Ley de Deuda Pública y Disciplina Financiera del Estado de Jalisco y sus Municipios”, se justifica la deuda acumulada del estado e incluso se deja entrever que Jalisco puede contratar nuevos créditos.

En el documento se incluye un semáforo de “los valores que determinan los límites de los rangos bajo, medio y alto de los indicadores del nivel de endeudamiento del Sistema de Alertas que aplican las entidades federativas”. Los indicadores son la deuda pública y obligaciones sobre ingresos de libre disposición; el servicio de la deuda y obligaciones sobre ingresos de libre disposición, y las obligaciones a corto plazo y proveedores contratistas sobre ingresos totales.

Según dicho semáforo, Jalisco aparece en verde, es decir, con un “nivel de endeudamiento sostenible”, aunque aclara que para calcular el techo de financiamiento neto del estado se debe esperar la información de la Cuenta Pública 2023 y la aprobación de la Ley de Ingresos 2024.

Ya en este espacio publiqué hace unas semanas que los pasivos de Jalisco no son exclusivamente sobre la deuda, sino también otros compromisos que asumirá el estado, como el pago de más de 21 mil millones de pesos por la construcción de la Línea 4 de Tren Ligero.

Otro punto que sin duda debe analizarse, es si la deuda era necesaria o las acciones y obras para las que se usó pudieron financiarse con el presupuesto ordinario. En el caso de los dos mega créditos, no es tan sencillo analizarlo.

En el caso del primer crédito, por 5 mil 250 millones de pesos, hay una lista de generalidades como tramos carreteros, plantas de tratamiento, corredores de movilidad inteligentes en el Área Metropolitana de Guadalajara, semáforos, una parte del Peribús y parte de la red de Internet estatal. El segundo crédito, por 6 mil 200 millones de pesos, se trianguló al usarlo para las obras programadas en el gasto de 2020, lo que permitió liberar recursos para hacer frente a la pandemia de Covid-19, con algunos excesos que también ya se han dado a conocer, como gastos en cafés y restaurantes de funcionarios públicos.

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