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Alianzas simuladas

Por el proceso electoral en Jalisco para 2024 se formaron dos alianzas o coaliciones que sorprenden porque en el día a día tienen más diferencias que coincidencias, pese a que estas últimas sean su justificación.

La practicidad política de los números, la visión única de mantener registros y la posibilidad de ganar las contiendas municipales y la gubernatura los llevó a juntar el aceite con el agua.

Una de las alianzas que ya estaba cantada desde hace meses y al final sólo se quedaron tres fue la de PAN, PRI y PRD, cuando son ideológicamente distintos, defensores de causas opuestas y enemigos públicos en el pasado. Y nada de eso importó porque tiene un sólo interés común: sacar a Morena de la contienda política y quedarse ellos en su lugar, ésa es su única coincidencia.

Intentaron sumar a Movimiento Ciudadano para ganar la contienda presidencial, y lo único que provocaron fue escuchar la soberbia naranja de que no los necesitan, y este bloque anti Morena se replicó en Jalisco.

La segunda megaalianza que llamó la atención por su antítesis y surgió con el mismo interés y única coincidencia: contrarrestar a Movimiento Ciudadano en el estado.

Esta alianza no se esperaba porque nadie había tomado en cuenta a los partidos políticos locales de Hagamos y Futuro, y lograron convencerlos con candidaturas y garantizarles el registro para los próximos tres años, y Morena podría sumar un estado más a sus estadísticas nacionales. El Partido Verde Ecologista y el Partido del Trabajo están en alianza desde hace tiempo a nivel nacional y sólo la aterrizaron localmente.

A Morena no le importó sacrificar a su gente y limitar sus aspiraciones políticas ni siquiera los tomaron en cuenta porque la decisión se tomó desde el centro.

Estas combinaciones políticas son tan aberrantes que se evidencian en las más simples posturas políticas en temas locales, sobre todo en el Congreso local, que se convierte en el principal escenario para mostrarlas.

Las alianzas electorales no se verán traducidas en el manejo de una agenda legislativa y el interés común de sacar los temas importantes porque los liderazgos locales siguen viendo únicamente por su parcela de poder.

Ni siquiera se ponen de acuerdo en cómo debe de hacerse la glosa del Quinto Informe de gobierno de Enrique Alfaro, cómo preguntar y cómo evidenciar al partido en el poder de sus incongruencias y de lo que ha dejado de hacer, tampoco muestran unión en la defensa de los temas prioritarios para el presupuesto, y lo que prevalece es la lucha individual partidista y convenciera a sus propios intereses.

Hay muchos temas pendientes que le importan al estado y a los ciudadanos como la ley de víctimas para compensar a quienes son víctimas de delitos, una nueva forma de designar a los funcionarios para evitar las cuotas y los cuates, nuevas reglas para evitar compras dirigidas y millonarias, reglas claras para garantizar la rendición de cuentas y las comparecencias, detener abusos en cobro de cuotas de agua que no tienen las casas y que llega sucia, y un método efectivo que ayude a encontrar a los desaparecidos.

Aún les quedan unos meses para demostrar que la alianza no es simulada y tiene un interés social de ayudar al ciudadano a que tenga mejores gobernantes, mejores políticas públicas y cobros justos.

Si en realidad los partidos de oposición quisieran contrarrestar al que está en el poder podrían hacer la diferencia si se unieran con un mismo fin, que sería no sacarlo del poder, sino ver por el ciudadano.

Pero las coaliciones son sólo para conseguir votos y se olvidan de la verdadera esencia que ellos pregonan que es un rumbo político diferente, y al final será la misma sopa sólo que revolcada.

Ojalá existiera la máquina del tiempo para contraponer al político de hoy con el del pasado y tener un diálogo donde ellos mismos se atacan por su incongruencia política.

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jl/I