INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Comienza la recta final del proceso electoral

Falta poco más de una semana para que se genere un periodo de tres días sin propaganda partidista y, así, el 2 de junio se organice un voto reflexionado sobre la oferta política de la preferencia de los votantes. La fase previa ha sido muy larga y la estridencia mediática incluye un universo enorme de datos difíciles de interpretar, lo que lleva a pensar en los elementos que veremos en los próximos 10 días antes de la veda electoral.

Por una parte, se mantendrá la distancia entre el primer y segundo lugar en interés de voto para la Presidencia del país. No hay elementos sustanciales que marquen un giro profundo, sin embargo, lo que definitivamente tendrá variantes será la distancia entre las dos candidaturas. El bombardeo mediático sobre este tópico constituirá un factor importante en la judicialización del proceso. No se trata únicamente de la elección presidencial, sino toda la zona de elecciones concurrentes, lo que significa que, basados en el universo extenso de datos demoscópicos, sin tener certeza de la veracidad de los resultados que transmiten, constituirán argumentos de desconfianza respecto de los datos que refleje el propio proceso electoral. Se tratará de un ejercicio en el que la abundancia de encuestas que tenemos ahora, serán, pues, argumentos para cuestionar los resultados que se obtengan.

Por otra parte, en las últimas semanas se han estado poniendo a prueba las estructuras de cohesión de los partidos políticos. Los liderazgos de los mismos se han encontrado en pausa en tanto pase el proceso electoral. La mayoría de partidos, incluyendo Morena, se verán sujetos a una dimensión distinta una vez que pase el proceso electoral y, la incertidumbre de la mecánica del desempeño posterior a la elección, desarticula las alianzas electorales y deja el camino a los partidos de forma independiente. En el caso de Morena, el liderazgo y la cohesión la ha llevado a cabo la persona de Andrés Manuel López Obrador, presidente del país pero, a partir de octubre, la relación jerárquica cambiará, en el gobierno y en el partido.

La disputa por el control del Congreso de la Unión marcará un sustancial cambio en la medida en que, si la coalición Juntos Haremos Historia no queda como la fuerza dominante, en ese momento entrarán las nuevas mayorías, que no necesariamente estarán aliadas para los procesos legislativos correspondientes con lo que, el peso de los partidos, cada uno de ellos, tendrá un papel diferente de protagonismo que hasta ahora no han tenido.

Vienen días muy complejos en los que se puede fortalecer o debilitar el peso de las alianzas. A la par de eso, la demostración de una sociedad civil interesada en el proceso electoral, quedó de manifiesto en la organización de la Marea Rosa. En todo caso, lo que evidenció este proceso ciudadano fue el descontrol de las fuerzas internas del INE que se ocupó más en la definición del pantone del color rosa que del proceso en su conjunto. Terminaron los debates y ahora sigue la conclusión de la elección y lo mejor es participar en la votación para garantizar la representación que el país demanda.

[email protected]

jl/I