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Viene el lobo

Un análisis de la reforma judicial se puede centrar en los hechos, procurando en que pueda servir de análisis en la elección de las personas juzgadoras el 1 de junio, en especial de los puntos sensibles y preocupantes en esta elección:

La creación de órganos de administración judiciaria todopoderosos, que tendrán facultades directas para controlar financiera y organizacionalmente a la Suprema Corte de Justicia y al Tribunal Electoral.

La cooptación del INE para una elección judicial controlada, con resultados previamente instruidos; como ejemplo está la lista de indicaciones para que los gobernadores de los estados operen en favor de las candidaturas designadas por el Poder Ejecutivo federal.

Un proceso electoral viciado de origen y en su desarrollo, con tómbolas, cambios unilaterales de reglas, desacatos a sentencias y suspensiones, extinción indebida de fideicomisos, amenazas a los derechos laborales de juzgadores que pasan a retiro, el bajo presupuesto para organización de la elección, restricciones en la promoción da las candidaturas, y un largo etcétera.

Votación muy compleja para la ciudadanía con boletas de difícil comprensión, y por primera vez, elecciones sin Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y sin conteo de votos en las casillas.

Incertidumbre de la certeza jurídica y de los cauces para el debido procesamiento de las causas judiciales, lo que traerá problemas en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Una relación comercial que México necesita.

La ausencia de independencia en los jueces impedirá consolidar un Estado constitucional y democrático de derecho, que puede inhibir las inversiones y desacelera el desarrollo social y económico del país.

La elección politiza una función eminentemente técnica y ética.

El acto de votar no será tan sencillo como tachar un recuadro. Habrá que revisar una lista, identificar el número que corresponde con el nombre de la persona por la que se quiere votar y anotarlo con precisión en la casilla correspondiente al cargo en cuestión, como cuando usted llena un Melate, pero seis veces, pues son seis boletas.

Si usted analiza el sitio Conóceles, del INE, encontrará que los mejores candidatos en cuanto a preparación y experiencia son, paradójicamente, los que provienen del satanizado Poder Judicial.

La apatía y la desinformación ciudadana hace previsible una baja participación ciudadana. Muchos ciudadanos optarán por no votar para no legitimar la elección de jueces, algunos anularán su voto como protesta y que otros califican como “farsa”.

En conclusión, es previsible que gane quien o quienes tengan estructuras y recursos para acarrear votantes, con su “acordeón” en mano.

Habrá largas filas de votantes en las urnas, porque el INE instalará menos casillas, porque habrá una sola urna y llenar todas las boletas le tomará a cada elector varios minutos.

Se calcula que en una hora podrán votar 12 a 15 personas. Al final de la jornada, el discurso del INE puede señalar que la votación casi se acercó a la mitad del padrón electoral y podrán decir que México es el país más democrático del mundo.

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jl/I