loader

Jalisco: dinámicas democráticas y autoritarias

Toda indagación debe partir de la elaboración de una pregunta para, a partir de ella, emprender su resolución con una metodología concreta para analizar los datos empíricos que sustentarán las conclusiones. Además, las pesquisas deben justificarse con argumentos lógicos, convincentes y consistentes. Con eso en mente, Alberto Arellano Ríos, investigador y catedrático de El Colegio de Jalisco, se embarcó en responder a las preguntas: “¿Qué balance se puede hacer del régimen político de Jalisco en las últimas tres décadas? ¿Qué ha cambiado y qué permanece?”. 

Claro que, cuando se hace una interrogación, también se aventura una posible respuesta, una hipótesis. Alberto sostiene que el régimen jalisciense ha caminado a una democracia “que no ha terminado por institucionalizarse”, en un transitar intermitente de avances y retrocesos. Para ello se propone indagar las fisuras “entre las instituciones democráticas y las prácticas no democráticas”. 

Para ello emprende un análisis sistemático y riguroso del proceso de cambio político jalisciense que se da en la entidad de 1989 a 2019 y que condensa en su más reciente obra, El régimen político en Jalisco. Travesía democrática e inercias autoritarias, editado por El Colegio de Jalisco, que fue comentado el miércoles pasado por el ex rector general de la Universidad de Guadalajara Marco Antonio Cortés Guardado y por el investigador de El Colegio de San Luis Javier Contreras Alcántara. 

Si bien el libro es breve (94 páginas, sin incluir bibliografía y anexos), los argumentos son precisos y las evidencias concretas. Para ello, estructura su trabajo a partir de tres partes donde, en primera instancia, establece los ejes de análisis del cambio político, para luego examinar los cambios estructurales y la mecánica de la política local. 

En el primero capítulo, Alberto establece cuál será el marco que orienta sus observaciones (“coordinadas analíticas”) que utilizó a partir de las teorías del cambio político y de los inconvenientes conceptuales para aplicarlos a América Latina, en nuestro país y en Jalisco en particular, y donde analiza trabajos previos sobre el tema, aunque considera que lo que se ha escrito ha sido “descriptivo, anecdótico” o ausente de debate politológico significativo. 

El segundo capítulo tiene como objetivo “valorar el sentido del cambio político en Jalisco”, donde detalla “la transición votada y sus impactos institucionales en las estructuras de autoridad del régimen” político de la entidad. Aquí analiza los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los municipios y los organismos autónomos, y una explicación de la interacción política, institucional y de cultura política. 

Por último, en el tercer capítulo señala “la relación entre los actores políticos y sociales dentro del marco institucional”, donde analiza la dinámica del desempeño gubernamental y de la actuación de los partidos políticos en el poder estatal. 

El autor concluye afirmando que la fragilidad democrática de Jalisco se da en el “nivel de la autoridad y el régimen político”, pero que desde la comunidad política se propugna por una ofensiva para evitar la institucionalización de un entorno autocrático. 

Sin lugar a duda, el libro viene a contribuir a entender con mayor precisión nuestro entorno político local, en especial cuando se sustenta en un análisis puntual, metódico y asertivo de la realidad política que se vive en la entidad; y más venida de un joven académico ya consolidado como investigador serio y competente, además de ser un prolífico del análisis politológico local. 

[email protected]

jl/I

Lo más relevante

Te recomendamos

Artículos de interés

Sheinbaum restituye tierras al Pueblo Ódami
Fallece Abraham Quintanilla, papá de Selena
Papa pide que mantener la tradición del belén en un mundo que necesita esperanza