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El escenario electoral se reconfigura

El escenario electoral en Jalisco se reacomodó. Dio un vuelco inesperado, atípico, novedoso e interesante. Lo que parecía serían unos comicios planos quedaron atrás. Ahora, todos los partidos políticos nacionales y locales se reagruparon en dos grandes bloques que van contra Movimiento Ciudadano (MC). El partido naranja que prometía un cambio se atoró, sin admitirlo, repitió lo que criticaba a sus adversarios y enfrentará solo al resto de los institutos, ahora coaligados.

Una coalición, un revoltijo ideológico contradictorio, denominado Frente X Jalisco, repite a sus integrantes: PAN, PRI y PRD, cargando con el desprestigio de los dos primeros, que ya gobernaron la entidad y fueron echados por los electores. La otra alianza, llamada Juntos Haremos Historia en Jalisco, la conforman Morena, y los partidos del Trabajo y Verde, a los que se sumaron Hagamos y Futuro. Los dos últimos han sido consistentes en el trienio en su oposición al emecismo, si bien Hagamos tuvo acuerdos con MC que terminaron en ruptura política, nunca aclarada al detalle, además de su negado vínculo con el grupo político de la UdeG. Ambos partidos locales hacen una apuesta pragmática también con veleidosos partidos que en Jalisco tienen personajes de izquierda firme, pero otros impresentables, con historias y mañas que generan desconfianzas electorales.

Las dos alianzas, sobre todo la segunda, son reconfiguraciones rumbo a 2024 que posibilitan atisbar que el partido naranja y sus gobernantes, encabezados por el mandatario estatal, Enrique Alfaro, influyeron en buena parte para que los adversarios buscaran fortalecerse e ir electoralmente juntos para desbancarlos. MC influyó vía el Legislativo y Ejecutivo con sus desdenes y ninguneo a la oposición, cerrazón iracunda a escuchar voces críticas, decisiones autoritarias, mentiras avaladas con sesgos informativos, indiferencia a demandas sensibles de la población, arrogancia política a tope, opacidad en decisiones relevantes, promesas de campaña incumplidas, incapacidad para sumar voluntades que no sean las de siempre y políticas públicas que han beneficiado especialmente a quienes se acercan a la política y los políticos para beneficiarse económicamente.

Cuando todos los partidos políticos en Jalisco y buena parte de sus figuras tienen cola que les pisen, es normal que el partido naranja no viera las suyas, pero no deja de asombrar la furiosa reacción ante la incorporación de Futuro y de Pedro Kumamoto a la alianza opositora. Mientras Kumamoto ha tenido que justificarse, dar explicaciones de su cambio de óptica y sortear un alud de críticas hasta internas, los embates con insultos contra el edil zapopano y la coalición opositora, revelan temor en las filas emecistas; de lo contrario, hubieran minimizado sus críticas y dado poca importancia. Pero no: hasta los hicieron trending topic nacional.

MC Jalisco es un ejemplo de lo que critica. Tiene buenos cuadros, pero se muerde la lengua cuando critica los saltos de militantes de un partido a otro y de una alianza a otra; y olvida cuando a sus otrora aliados los volvió enemigos, en esos vaivenes de intereses en que caen las dirigencias.

El partido MC está atrapado con su mirada superficial de la sociedad jalisciense, sin empaparse de las profundidades, de lo cual no están exentos el resto de partidos. MC Jalisco es un partido con visión empresarial, con las virtudes y defectos que eso supone, que desde esa postura marginó a otros sectores. Grupos inmobiliarios, por ejemplo, son de los grandes beneficiados por el emecismo. A estos, negocios; a las mayorías empobrecidas, migajas.

Sin embargo, MC tiene aún importante fuerza política. Los comicios de 2024 precisarán hasta donde ha llegado su desgaste durante el sexenio alfarista, y si mantiene la unidad interna. También revelarán cuánta mella hizo la oposición. Son preguntas a la que por ahora nadie tiene respuesta. En política nada está escrito. Los contextos, las coyunturas imprevisibles, las estrategias de las campañas, las emociones de los votantes y el perfil de los candidatos, van marcando alejamientos o acercamientos de los electores. Queda poco más de medio año para el día de las verdades: el 2 de junio de 2024. El tiempo corre.

X: @SergioRenedDios

jl/I